martes, 26 de enero de 2010

¿La peor o la mejor?



¿La peor o la mejor sensación del mundo?
Aún no sé clasificarla de ninguna manera. Sólo sé que en estos instantes se encuentra dentro de mí y arremete palabras y sensaciones pocas veces experimentadas.
Es extraño, es debilidad, es sentir que te arrancan la voluntad, el control que puedes tener sobre ti mismo, me hace querer vomitar, sentirme nauseabunda, mareada.
Y a la vez es uno de los mejores estímulos, es una sumisión secreta y placentera, es un estoy aquí para ti para cuando lo necesites sin importarme lo mucho que me rebaje, tienes mi cuerpo y mi alma a tus pies, para que hagas con ellos lo que te de la gana, maltrátame, bésame, ámame, no dejes de tocarme, de hacerme sentir viva, es muy erótico, muy sexual, emocional, espiritual. No sé describirlo. Esto sólo se puede sentir.
Sin embargo, aquí me ves con una careta de la piedra que te rozó esta mañana con la mirada y te desgarró la piel al rozarte con sus labios, sobre esa fina piel, tan cerca de ese increíblemente frágil cuello, de un lacio pelo que parece gritar: ¡Acaríciame!

Pero ya son las 12, y la calabaza volvió a ser lo que era, el mundo real me ha dado una bofetada y he despertado de este sueño, aunque no dejo de pensar en él y en la gravedad de esas notas entonadas por lo peor que me he podido encontrar en mucho tiempo...

martes, 19 de enero de 2010

Esto es un quiero y no puedo.





Miles de besos lanzados al aire y el aire embriagado de todo lo que le quise decir y no pude.

Sobre el corazón y la mente.



Corazón, latido, mente, impulso. Un solo cuerpo.
Me miras escrutadora y me lo preguntas abiertamente:
- ¿Otra vez, morena?
- Sí, otra vez.
-¿Por qué quieres castigarte?
- Puro masoquismo, creo que es mejor sentir dolor a no sentir nada.
- ¿En serio lo crees?
- Hmm no, pero quiero que sea así.
La mente está preparada, castigada de tantos pensamientos, ideas, reflexiones, sabe lo que tiene que hacer, es pura supervivencia, lecciones aprendidas de memoria. El problema viene cuando el corazón y ella están en conflicto, el corazón ha podido estar quebrado, dolorido, castigado, que siempre será irracional, no tiene la capacidad de pensar, sólo de sentir.
Y aquí es donde me encuentro:
La mente me dice, para ya, no sigas, distánciate, olvídale, esto no puede acabar bien, y el corazón me susurra: conócele, enamórate, saldrá bien.

miércoles, 6 de enero de 2010

Porque con una mirada basta.


Vas caminando un día tranquilamente, despreocupada, y te encuentras con su mirada. Con una mirada profunda que no sabes qué significa exactamente pero que te para en seco, devuelves la mirada, y te das cuenta de algo:
Es de esas escasas personas que piensas, "Joder, si nos conociésemos sé que tendríamos mucho en común" hay algo especial en ese desconocido que te hace temblar. Cuando por casualidad encuentras la posibilidad de conocerle, te falta tiempo y ganas para hacerlo.
Llega el momento, se da la oportunidad y no te defrauda. Es mejor de lo que esperabas, pero hay algo que no tenéis en común. Y no hablo de la disposición o de la intencion, sino de la situación.
Que ya parecéis amigos pero siempre hay algo que no encaja, algo que sobra y algo que falta.