viernes, 20 de noviembre de 2009

En el teatro de la vida.

No creo en Jesús, no creo en Alá, ni en Buda, no creo en ninguna religión.

No creo que el dinero sea lo más importante. No tengo fe, no tengo destino.

Creo en mi fuerza interior, en mi capacidad de resolver los problemas y salir adelante, creo en el optimismo y en el pesimismo que muchas veces nos ciega y nos impide vislumbrar la realidad. También creo en la amistad, pero no en una pura, porque somos jodidamente imperfectos y si no hay pureza de persona no hay pureza en la relación.

No creo en el desinterés ni en la bondad, no creo que las personas puedan hacer algo por alguien si no es para conseguir algo.

No creo en las personas buenas ni en las personas malas, sólo creo en personas cautivadas por distintos objetivos, más o menos ambiciosas, más o menos egoístas, más o menos sensibles, pero no en si son buenas o malas.

Creo que es difícil querer a alguien y no fijarte en nadie más, porque el resto de las personas no deberían desaparecer de tu vida por que se haya presentado otra.

Quiero creer que me queda esperanza y algo claro aquí dentro. A veces soy clara y directa, otras veces ni yo me entiendo.

Me jode ver cosas hechas por pura inercia, sin sentimiento, cuando parecen llevadas a cabo por un ordenador. Si no lo haces con ganas, no lo hagas. Dale la satisfacción de hacerlo a otro mejor.

Cuando quiero que me sucedan cosas no me pasan, cuando no quiero que pasen las tengo delante. Cuanto más busco algo menos lo encuentro, olvido que lo busco y se me cuela en la mano.

Me duele contemplar la realidad y ver que babean por personas vacías, sin otro pensamiento que el de no parecer feos, tontos o muertos. A esos les digo que dejen que las cosas pasen como tengan que pasar, que no fuercen las situaciones porque van a dar que hablar, por lo menos en mi caso, me hacen gracia cuando pasan horas frente al espejo y lloran porque el reflejo no les da lo que persiguen con celo. Si veis que esto os pasa todos los días que le den por culo a lo que digan, y si no te miran por la calle es porque tú no has empezado a creértelo, piénsalo, ¿Si no te lo crees tú quién se lo va a creer?

Llorad porque hay gente que no tiene nada que comer que se mueren con sed y no porque tu madre no te deje salir este finde a beber.

Sé que aunque esto lo escriba vosotros no vais a cambiar, pero me queda el consuelo de que al menos lo leáis. Que hay gente que siente, que intenta pensar, volved a vuestros tocadores, la función vuelve a empezar.

domingo, 8 de noviembre de 2009

abre el corazón.

¿La verdad? ¿Quieres saber la puta verdad?Pues ahí va:
Desde el primer momento en que entré en tu vida no he podido separarme de ti, he dejado de lado incluso lo que más quiero para pasar cerca tuya un par de instantes. ¿Y todo para qué? ¿Para que estés satisfecho? ¿Que tú también sientes lo mismo? ¿Y de qué sirve? Sigues a su lado, y eso no es para nada una solución. Todo esto me demuestra que eres un cobarde, que no tienes dos huevos bien puestos, que el pasado te ata demasiado y que quieres que el futuro se mantenga como el presente. Te asustan los cambios, en realidad te aterran, no puedes evitarlo. Eres un cobarde. Mejor vamos a dejarlo. ¿El qué? Lo que nunca ha pasado.
Pero ahora me doy cuenta de que eres todo lo que necesito.