viernes, 6 de junio de 2008

Corro, huyo, adiós.

Esto es lo que pasa cuando me aburro en mates.

Empecé a correr. No me importaba qué dejaba atrás.
Ya nada me importaba.
No sé cuánto tiempo estuve corriendo, sólo sé que me fui de ti.
Aún recuerdo tu
mirada, tu sonrisa, tus besos, pero también recuerdo tus golpes, tu desprecio, tu enajenación.
Él, todo era culpa suya. Él. Había sido por él. Si lo hubieses dejado de la misma manera que yo te he dejado a ti, seguiríamos juntos. Le bebías, le adorabas, le odiabas. Tienes que saber que aún te quiero, pero él se interpuso entre nosotros dos y yo poco podía hacer. ¿Qué estarás haciendo ahora? ¿Estarás con él? Sí. Desde luego que sí.
Pero yo no te olvido, y tú, sólo estás con él para olvidar. Quizás para olvidarme ahora que no estoy a tu lado.
Sudor, frío, soledad. Sigo corriendo sin parar de recordarte y eso que había prometido olvidarte.

Vamos a morir. Probablemente a la vez. Yo me arrojaré a un agujero negro en el que desapareceré y tú que ya estás en él, te perderás en el olvido. Seguramente no sufrirás, a mí ya me duele.
Continuo corriendo y salto. No estás dentro. Sigo sola.
Te quiero.
Photobucket

2 comentarios:

kaleidoscope dijo...

Para que luego no te quejes de que no te firma nadie :*

Anónimo dijo...

^^

Faceta desconocida tuya hasta hoy :)


Vía MSN al estilo retales mola más jajaja


Un besillo ;)